La Primera Voz

Cómo surgió este sitio web, por Raúl Rojas Roo.

La primera idea de hacer una revista digital…

…para escribir y leer temas literarios la tuve en 2018, desde el año 2000 escribí en foros sobre ese tema, pero ahora quería algo dirigido por mí. Deseaba compartir a mi manera las cosas que sé (más adelante comento específicamente esas cosas) sobre las artes literarias y aprender otras; no hice nada. En 2019 retomé la idea e incluso hice un boceto en donde dejaba espacio para los distintos géneros que debían aparecer en las páginas de aquella revista que todavía estaba en el éter. De repente, me llegaban ideas nuevas que anotaba para más adelante. Sin embargo, los talleres que impartía no me dejaban tiempo para nada más y esa revista se fue literalmente al tártaro: una carpeta con ese nombre en donde tengo todas las ideas a las que ni siquiera les di oportunidad de fracasar.

La pandemia de 2020 me dejó sin trabajo y me vi entonces con tiempo y ánimos de crear la revista. Bastó con sacarla de esa carpeta para que comenzara a latirle el corazón. A esa sí le di tiempo de fracasar. Se llamó «Las 27» y se trataría de escribir sobre cada una de las letras de nuestro abecedario, pero no solo sobre su historia, o mejor dicho, no solo sobre su historia, sino sobre sus curiosidades, su poesía, su narrativa, su sal, sus sombras, sus espacios abiertos. De cada letra escribiría alguien peculiar, una escritora desde un enfoque distinto, un escritor desde un género diferente, con otro fin. Pero no pude mantenerla con vida.

«Voz del narrador» era un blog mío que ahora convertí en este sitio, por eso se llama así, porque en su mayoría, los personajes de los que escribía una historia eran varones, por lo tanto, la voz que se escuchaba al leerlos era regularmente masculina.

Como dice en el mensaje de bienvenida, «es un sitio de creatividad narrativa y poética». Uno de los objetivos que persigo es consolidar este sitio en los hábitos de lectura de aquellas personas que viven en los países de habla hispana, de todos. Hemos comenzado bien, y digo «hemos» porque ahora tengo ayuda, no podría ser de otro modo. Ya hemos realizado dos concursos, uno de cuento y otro de minificción. Este último tuvo un éxito pujante, pues recibimos más de 1000 textos para participar.

Ojalá nos des la oportunidad de entrar por tus sentidos con nuestras letras. Prometo retomar la idea de «Las 27» y alguna vez publicar un artículo sobre las letras. Daremos a conocer a personas que comienzan en el camino de la escritura, pero también publicaremos a distintos autores y autoras que ya tienen ese camino bien consolidado. No me despido…

Así me gusta definir [arbitrariamente] los géneros:

CUENTO

Sé del cuento que hay de todo tipo: unos extensos y unos cortitos, a partir de dos cuartillas hasta sin límite. Es un relato que trata un «objetivo único». En algunos, el lenguaje lo es todo; en otros, es lo que pasa lo que importa. Sé que hay infinidad de formas de escribir uno, pero son como el cubo de Rubik: solo hay una manera de que queden bien. Aunque se ha estudiado mucho, su morfología es un enigma. Concuerdo con lo que dice Diego Muñoz Valenzuela, escritor chileno: «Puede especularse sobre la extensión, la forma, la trama, pero algo escapa a la definición; cada nuevo espécimen confirma una teoría y derriba otro centenar».

Se trata del cuento corto tradicional que escribía Chéjov, Inés Arredondo, H. Quiroga, Katherine Mansfield, E. Keret, Amparo Dávila, Raymond Carver, Elena Garro, Ernest Hemingwey, Julio Cortázar, Clarice Lispector, Ryūnosuke Akutagawa, Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Fabio Morábito, Verónica Murguía, Alberto Chimal, Mónica Lavin, Rosina Conde… 

NOVELA

De la novela sé que hay tantas formas de escribir una como habitantes en el planeta; de todos modos, la mayoría de esas formas van a fracasar. Sé que hay novelas que cuentan cosas que no existen y otras que cuentan cosas que sí existieron, que hay formas de salirse del modo tradicional de contar una y hacerlo de la manera más loca o interesante que se pueda, que todas hablan del pasado, hasta las futuristas. Sé que hay ficción y metaficción, sé que hay novelas con lagunas enormes y otras que no dejan ni una oración de descanso para el lector, sé que hay unas cortas y otras muy pero muy extensas.

MINIFICCIÓN

De la minificción sé que le llaman ficción súbita, que hay ejemplos de una línea o dos, hasta de una cuartilla (una página), pero que no es el límite de palabras lo que define a este género, sino la concreción absoluta, la condensación, la brevedad, el humor y, a veces, la intertextualidad. Que deja una punzada cuando quitas la vista, que comienza desde el título aunque hay algunas que no lo tienen.

He creado el término «cuentroll» para referirme a aquellas microficciones o minicuentos que suelen tener una o dos palabras; incluso he visto algunos que consisten en un solo signo ortográfico. No los considero minificciones, ya que su intención parece ser más una burla del género que una contribución a él.

«El fantasma», todavía lo dejo en la categoría anterior y, solo por ser el primero que leí.

POESÍA

Sé de la poesía, que es ambigua, de símbolos, y ha sido la misma desde hace milenios, a pesar de que cambia en cada momento. He leído sobre ella que es conocimiento, salvación, abandono, plegaria al vacío o, como decía Lizalde, que es la «muñeca fea» de la literatura. Sé que todo es poetizable, pero no solo por el hecho de serlo. También sé que es una de las cosas más subjetivas que existen.

ENSAYO

Del ensayo sé algo: hay un «debería» impregnado en cada línea, que es prosa de no ficción nutrida de narrativa y poesía en la que la opinión del autor está de por sí en todo el texto. Creo que es el único género inopinable; toda cosa que se opine de un ensayo está fuera de lugar.

CRÓNICA

De la crónica sé que todos la escribimos. Cada vez que ponemos un post en Facebook o un tuit de algo que nos pasó, hacemos una. Incluso si escribimos un diario, somos una especie de cronistas. Sé que la buena crónica está escrita con lenguaje periodístico literario y toma en cuenta todos los sentidos. Sé que la verdad es lo único de lo que no se puede prescindir, que no es una noticia, que este género va más allá del qué, cuándo y cómo.

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