Fabio Morábito escribe como la mente especula, siempre de manera particular, siempre con miedo y confianza diferentes.

Lo primero que llamó mi atención al hojear «La sombra del Mamut» fueron los títulos de los cuentos, todos ellos sin pretensiones. Veinticuatro títulos que están solo para permitir al lector adentrarse hacia la historia que flota frente a ellos. Los cuentos narran situaciones que ocurren a escasos metros del lector, manteniéndolo cercano a los personajes a través de situaciones comunes y, en ocasiones, incluso monótonas.

Fabio nos guía a través de las historias que nos cuenta como se guiaría a los ciegos que corren en una pista de carreras: Así como la banda no permite que guiado y guiador se alejen entre sí, una cadena semántica de palabras u oraciones hace el mismo trabajo en las historias, pues mantiene al lector dentro de un terreno que Fabio domina: el de la especulación.

Fabio Morábito

Necesitamos los cuentos de Fabio para apreciar la belleza de una historia común e incluso ordinaria. Por ejemplo, en «El clavo en la pared», la tensión crece entre una pareja después de colocar un clavo que serviría para poner un cuadro. En este cuento, se cumple esa premisa que define a algunos cuentos: al final, el personaje queda igual, pero distinto, es decir, está igual que al principio, pero de un modo que no nos hubiéramos imaginado, ni siquiera él. Además, nos muestra la importancia de los objetos en nuestra vida.

El esfuerzo que pone Fabio por mostrar una historia cautivadora y atrapante queda claro en cada oportunidad. Todos los relatos tienen ese toque que ha caracterizado al autor, convenciendo al lector con cada oración de una cosa distinta cada vez. Sus palabras tienen tal poder de convencimiento que uno podría pensar que justo ha leído la última frase en la que Fabio Morábito ha especulado, solo para encontrarse en la siguiente línea con que lo ha hecho de nuevo.

Entre otras historias, en este libro podemos encontrar a un extra que tras muchos años de llevar a cabo ejemplarmente su labor se convierte en director de cine; a un músico que solo tiene que tocar una nota en cada concierto, pero a cambio de ello, tiene que ser extremadamente preciso; un paso de fauna poco ordinario; y a dos hombres separados por miles de años que sin embargo comparten hojas en el último cuento, “La sombra del mamut”.

Si bien hay unos cuentos más entrañables que otros, en todos ellos Fabio Morábito deja constancia del buen escritor que es, con una narración pulida, lenguaje cotidiano y cercano, y un buen ritmo para agilizar la lectura y comprensión del relato.

Fabio Morábito me da siempre miedo y confianza diferentes.

Sexto Piso (México, 2022). 214 páginas.