¿Quién era Edgar Gaffy Poe?

Cuando tenía once años, ya había leído numerosos relatos de Edgar Allan Poe. No era necesario ser un teórico del cuento para distinguir su estilo del de los demás. Ahora sé que es de esos estilos que se reconocen con facilidad, sin necesidad de hojear el final y ver el nombre del autor. En esos años, encontré una anécdota que cuenta que Poe no siempre escribía de la misma manera; podía crear obras divertidas y diferentes. La historia es la siguiente:

«En una ocasión, Poe leyó una historia muy extensa a algunos de sus amigos quienes, en un espíritu de broma, hablaron brevemente de sus méritos, y bromeando le dijeron que había mencionado demasiado el nombre de su héroe, ‘Gaffy’. Su espíritu orgulloso no pudo soportar aquella crítica tan franca; así que en un ataque de ira y antes de que sus amigos pudieran impedírselo, Poe arrojó al fuego todas las páginas, y así se perdió un relato con momentos no tan ordinarios que, a diferencia de la mayoría de sus historias, era intensamente divertida, y no manifestaba su obscuridad habitual. Durante mucho tiempo, los miembros de su círculo particular lo llamaron ‘Gaffy’ Poe»*.

Respecto a lo anterior, destaco dos cosas. La primera es la humildad. Jeanette Winterson dice: «Sea honesto consigo mismo. Si no es bueno, acéptelo. Si el trabajo que está haciendo no es bueno, acéptelo». Por su parte, Ana María Matute reflexiona: «El día que yo piense que he escrito algo perfecto, estaré muerta (como escritora)». La humildad es un consejo frecuente de aquellos que orientan sobre la escritura, como Zadie Smith, Paul Auster, Antón Chéjov, Beatriz Espejo y otros más. Todos ellos hablan sobre la importancia de ser humildes cuando alguien desea dedicarse a escribir.

La segunda es la intención de Harrison. Pero esa es otra historia; por ahora, continuemos con la primera.

He dirigido muchos talleres de escritura en los que, afortunadamente, ha quedado claro desde el principio que los comentarios son siempre sobre el texto, sin la intención de menospreciar a quien lo escribe. También he notado que muchos autores llegan a un punto de sus carreras en el que les parece que ya no deben ser corregidos como antes, por nadie. Esto lo refleja Fabio Morábito en su cuento «Las correcciones» (Grieta de fatiga, 2006, pág. 65).

«La mayor parte de los libros malos lo son porque sus autores están ocupados en tratar de justificarse a sí mismos», dice Stephen Vizinczey. Si no quieres ser el «Gaffy» de tus allegados, hazle caso a Abelardo Castillo: «No cualquier cosa, por el mero hecho de haberte sucedido, es interesante para otro». Escribe, escribe y sé humilde. No vaya a ser que en un arranque tires al fuego tu mejor obra.


¿QUIÉN ERA EDGAR GAFFY POE? | Raúl Rojas Roo

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* James A. Harrison, Complete Works of E. A. Poe. Cáp. II.

8 comentarios en “¿Quién era Edgar Gaffy Poe?”

  1. Qué historia más interesante y bella, por un lado desde una perspectiva de lector, por otro desde la visión ya de escritor ✍🏻 y tallerista.

  2. Jorge A. Durán Ramírez

    Muy educativo. En texto que leí hace mucho tiempo sobre el oficio del escritor terminaba diciendo: » escribe, escribe, escribe, aunque no tengas nada que decir, escribe.» Pues solo practicando se puede ejercer el oficio de escritor.

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