Las flores que me darán

La habitación azul celeste tenía un pequeño foco alumbrando en forma de estrella que estaba conectado a la pared, una gran ventana estaba cubierta por la cortina. Había algunos juguetes desperdigados por el piso y una cama con sábanas llenas de unicornios. Una niña de nueve años descansaba tapada hasta los hombros. Su rostro transmitía calma, dando la sensación de que estaba volando felizmente por el mundo de los sueños.

Una figura alta se acercó a ella y le susurró al oído: “Despierta”, y la niña abrió los ojos. No se asustó con la presencia de alguien desconocido, se incorporó destapándose hasta los muslos. La niña preguntó qué hacía ahí ya que no esperaba visitas a esas horas.

—Vine a ofrecerte mi ayuda. Puedes preguntarme lo que quieras, sin importar el tema ¿te gusta la idea? —La niña sonrió y se puso a pensar qué era lo que más ansiaba saber.

—¿Cuál será mi próximo regalo de cumpleaños? Me gustaría un peluche gigante de unicornio arcoíris —La figura se acercó para sentarse a la orilla de la cama—. Vas a recibir muchas flores, tal vez no será un unicornio, pero, serán de todos los colores.

La pequeña se paró dirigiéndose a la pared, tomó un papel y se lo mostró.

—Mira, lo hice hoy en mi clase de arte, no es muy bueno. ¿sabes si habrán de estas flores? Son las favoritas de mi mamá, lo sé porque se las regalé el día de las madres —tomó el dibujo y vio que eran unos girasoles.

—Serán las que más habrá.

—¿Cuántas preguntas puedo hacer?

—Las que gustes, pero, no creo que puedan ser muchas, por el tiempo.

—¿Mañana me arroparán mis papás? No pudieron hacerlo porque mi hermano tenía una obra de teatro. Me hubiera gustado ir, si no fuera porque me sentí mal estaría ahí ahorita comiendo hotcakes en el restaurante que siempre vamos cuando terminan sus presentaciones. Es un gran actor, amo mucho a mi hermano mayor.

—No podrán arroparte porque estarás en otro lugar. Puedo hacerlo yo si quieres, me gusta contar historias, en especial las que son de volar. ¿alguna vez has volado? —Negó con la cabeza—. Yo sí, todos los días. Puedo enseñarte si quieres, todos los niños aprenden a volar conmigo.

—Me encantaría volar, sería como Wendy y Peter Pan volando a nunca jamás.

—Entonces vamos.


LAS FLORES QUE ME DARÁN Montserrat Barrientos Pérez

Montserrat Barrientos Pérez (Orizaba, Veracruz). Se mudó a la Ciudad de México hace cuatro años para seguir su pasión por la literatura. Egresada del Centro de Educación Artística «Frida Kahlo» ha publicado textos en la revista Zaraguato, Primera Página y Cardenal Revista Literaria. Actualmente estudia Escritura Creativa y Literatura en la Universidad del Claustro de Sor Juana. 

2 comentarios en “Las flores que me darán”

  1. Me gustó el relato, me parece una historia fresca, sencilla. Sigo contenta de que Voz del Narrador sea una base para talentos que están por ahí y que no conocíamos. Gracias 🙏🏼

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